jueves, 29 de diciembre de 2011

Manzanares compara el gobierno saliente y el entrante

Muy buenas.

Quienes me siguen saben que el PP no es, ni mucho menos, santo de mi devoción. Es una pena que sea virtualmente imposible que gane otro partido que no sea ni PP ni P (ex-PSOE). Como denuncia Luis de Velasco, el cambio de poder no va a suponer más que una alternancia en la que grandes problemas nacionales van a seguir sin ser abordados:
El gobierno del PP parece así que va a suponer más de lo mismo con algunos mínimos matices diferentes. No parece dispuesto a enfrentar todos estos temas que se pueden resumir en regeneración democrática. La reciente sesión de investidura de Rajoy así lo indica. Contrastó enormemente su agresividad con la portavoz de UPyD, Rosa Diez, la única que en su discurso insistió en este carácter multiforme de la crisis, con la alfombra roja extendida a los nacionalistas. En resumen, mera alternancia, más de lo mismo. El bloque dominante del poder, eso que se llama el “establishment”, no está dispuesto a más, tan sólo alguna mínima reforma. Se va Sagasta y llega Cánovas. Oligarquía y caciquismo como denunció Joaquín Costa. Las formas varían, la esencia permanece.

Pero, aclarado esto, he de reconocer que veo con buenos ojos la victoria del PP: mucho mejor que gane quien sea con tal de echar a la mayor piara de incompetentes, analfabetos, sectarios e impresentables que jamás se pudo imaginar que llegarían a (des)gobernar una nación como España, liderados por el vil, felón y miserable ser que ahora, por fin, ya ha sido echado a patadas de La Moncloa.

Por esto mismo, merece la pena echar un vistazo a lo que de este fracasado (des)gobierno saliente dice José Luis Manzanares.

Buenas noches.

El nuevo Gobierno


El nuevo Gobierno ha sido bastante bien recibido en España y en el extranjero. Hay datos objetivos que no dependen de la adscripción ideológica de los opinantes, por lo que al menos en esos puntos estamos todos de acuerdo. La pertenencia a laAbogacía del Estado, por ejemplo, garantiza que algún conocimiento se tiene sobre lo que sea el Derecho, cosa que no puede predicarse de todos los ministros (o ministras) del equipo saliente. Un gran partido debe disponer, y así ocurre realmente, de personas que, además de la identificación con su ideario político, posean una sólida formación profesional para que sus méritos no empiecen y acaben en la fidelidad al gran líder de turno.
Un doctor en Economía o Ciencias Empresariales por una prestigiosa Universidad norteamericana merece más confianza en una Cartera relacionada con dichas materias que un simple bachiller (o bachillera) cuya formación posterior se reduce a su paso por eso de las nuevas generaciones azules, rojas o del arco iris. Quien todo se lo debe al jefe, desde la buena soldada a los honores públicos, se lo pensará dos veces antes de llevarle la contraria y, muy probablemente, guardará discreto silencio. Fuera de ese círculo de poder hace mucho frío y se le valorará –si es que aún resta algo que valorar- por lo que en realidad sea, como sucede con el común de los mortales. Uno se fía más del que está en la política perdiendo dinero y puede despedirse sin menoscabo de sus ingresos que de quienes no tienen otra opción que aferrarse al puesto graciosamente obtenido en la gobernanza del país.
Los nuevos ministros salen a dos carreras por cabeza, lo que no constituye obstáculo alguno para que puedan ser también buenos políticos. Entre las causas que han llevado a la espectacular derrota del PSOE en las últimas elecciones hay una que quizá tenga mucho que ver con las estupideces acuñadas en la anterior legislatura por algunos ministros (o, en este caso, ministras) de peso específico más bien liviano. Como si trataran de compensar sus escasos méritos con ingeniosas ocurrencias que harían olvidar su triste condición de beneficiados por un sistema de cuotas puesto al servicio del amiguismo.
Una ministra de Igualdad, antigua dirigente de asuntos folklóricos en la Junta de Andalucía, asombró a los biólogos, médicos y filósofos de todo el mundo con el descubrimiento de que el feto humano no era un ser humano. Otra se lució en astronomía anunciando la conjunción planetaria entre los grandes astros Obama y Rodríguez Zapatero. Y una tercera enriqueció nuestro idioma con el descubrimiento de las “miembras” del Gobierno, toda una lección para los obsoletos componentes (o componentas) de nuestra Real Academia de la Lengua. Basten estos botones de muestra en una larga lista cuya reproducción íntegra exigiría mucho más espacio del ahora disponible.
El nuevo Gobierno cuenta con cuatro ministras, una de las cuales es además su vicepresidente (o vicepresidenta). Sus currículos nada tienen que envidiar al de sus colegas masculinos. Como debe ser, porque no nos interesa la anatomía por debajo de la cintura. Así, con un poco de suerte, dejaremos de oír algunas estupideces con marca registrada: estupideces del Gobierno de España.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Reflexiones tras las elecciones

Buenas!

No es que desde este blog queramos hacer leña del árbol caído; nosotros ya hacíamos leña del tremendo tocho que es el incompetente, inepto e inútil traidor desde mucho antes de que los ciudadanos le arreasen (¡¡por fin!!) la merecidísima patada en el culo que le han dado en las elecciones.

Pero no puedo por menos que dar publicidad (poca) a algunos sabios que saben del tema mucho más que yo, y que, a pesar de sus posicionamientos ideológicos contrapuestos, coinciden en denunciar la tremenda debacle a la que nos ha llevado el miserable, ruin y vil personajillo que (aún) habita La Moncloa.

Martín Seco

Es sabido por los seguidores de este blog que soy un gran admirador de Juan Francisco Martín Seco y que estoy de acuerdo en la mayor parte (no todas) de sus ideas.

Hoy traigo una reflexión suya a cuenta de la debacle del P (ex-PSOE) tras las elecciones, donde denuncia la falta de ideología y el exceso de propaganda de inexistentes políticas sociales del P (ex-PSOE). El artículo completo se puede leer aquí.
[...] La debacle socialista ha liberado tal cantidad de votos, que incluso descontando los que se han dirigido a la abstención, ha hecho posible los magníficos resultados de Izquierda Unida, de UPyD y hasta los de CiU. Los partidos ganadores, comenzando por el PP, deberían preguntarse, no obstante, hasta qué punto su éxito obedece a sus méritos o a los deméritos del Partido Socialista.
Pero, sobre todo, es el PSOE el que tendría que reflexionar o mejor, más que reflexionar, llevar a cabo una total catarsis, cosa a la que no parecen estar muy dispuestos a juzgar por cómo se desarrolló el pasado Comité Federal, ausente de cualquier atisbo de debate y de la mínima autocrítica por parte de los responsables del desastre. Todo se limita a escudarse tras la crisis. Sin duda las dificultades económicas han sido el factor más importante en estos años para todos los países europeos, pero gobernar implica hacerlo en todas las circunstancias.
El primer error de Zapatero y de su séquito fue el de dar por buena la herencia económica recibida del PP y no vislumbrar que, detrás de aquel auge, se escondía una bomba de relojería que podría estallar en cualquier momento. Es más, se subieron al carro de la euforia y durante sus primeros cuatro años continuaron aplicando con gran triunfalismo la misma política, que no era precisamente una política socialdemócrata. Por si no hubieran sido bastante las dos reformas fiscales del PP, el PSOE implantó también la suya en la misma línea: reducción del Impuesto de Sociedades, disminución del tipo marginal máximo del IRPF, permisividad ante el fraude fiscal de las SICAV y, como traca final, la suspensión del Impuesto sobre el Patrimonio.
En su obcecación, se negaron a aceptar la crisis cuando ya era evidente y, en el momento en que la negación ya no fue posible, miraron hacia fuera responsabilizando de todo a las hipotecas subprime de Estados Unidos y cerrando los ojos, una vez más, a los graves problemas que presentaba la economía española. Incluso se jactaron de la solidez de nuestro sistema financiero, todo él contaminado por la burbuja inmobiliaria.
El papel representado ante Europa y ante Alemania ha sido deprimente, de extrema debilidad, de impericia e incompetencia, llegando casi al servilismo. En un día, por la imposición de los mandatarios europeos, modificó todo su programa cuando lo que únicamente se estaba solventando entonces era la ayuda a Grecia. Pero es que, en todo caso, Europa y Alemania nunca determinaron qué tipo de ajustes había que implementar.
La decisión de recortar el sueldo a los empleados públicos y a los pensionistas y subir los impuestos indirectos en lugar de incrementar los directos (sociedades, IRPF, rentas de capital, patrimonio, sucesiones, SICAV, etc.) fue exclusivamente del Gobierno.
El margen de actuación siempre es grande y las alternativas muchas. En parte por ineptitud, el Gobierno se inclinó por lo aparentemente más sencillo, haciendo recaer el coste de la crisis sobre las clases más bajas. Los ajustes y reformas realizados por el PSOE estos años son de los más duros de nuestra época democrática. La etapa Zapatero se recordará por la frivolidad, por las ocurrencias, por la improvisación y por la falta total de ideología, a pesar de sus muchas aseveraciones en sentido contrario. El problema actual del PSOE consiste en que se ha olvidado de cuál es la ideología socialdemócrata. Se ha convertido en un partido liberal; liberal, sí, en materia de derechos civiles y de costumbres, pero también en materia de política económica.

Martín Ferrand

Tembién este gran columnista se acuerda de nuestro Fernando VII del Siglo XXI que nos ha tocado sufrir. El artículo se puede leer aquí, yo sólo incluyo la parte referida a la herencia que nos deja el analfabeto con ínfulas de estadista que, con sus ocurrencias e idioteces, ha arruinado España:

[...] José Luis Rodríguez Zapatero ha dejado como herencia de su errático buenismo una situación desesperada. En lo económico – primum vivere deinde philosophari – se teme con fundamento que, al concluir el año 2012, el número de parados alcance los 5,7 millones; en lo social, la Nación esta desvertebrada – más, mucho más, que cuando lo señalaba Ortega –; en lo político, el mal uso del Titulo VIII de la Constitución nos ha llevado a gran número de despropósitos; y en lo ético, cimiento básico de la prosperidad democrática, estamos bajo mínimos. Y eso sin entrar en detalles y problemas concretos, desde la Educación a la Justicia.
El daño producido por Zapatero y sus Gobiernos en las dos legislaturas de su responsabilidad son mayores de lo que parece. Por ejemplo, en lo que con cierta frivolidad muchos llaman “el sector del ladrillo”, todavía no se pueden evaluar las magnitudes del quebranto. No es solo la “burbuja” financiera o la congelación de un sector básico en nuestra estructura económica. La resaca de esa borrachera será tremenda y, además, difícilmente volverán las aguas a un cauce similar al que alcanzaron. [...]

González Quirós

No es que yo siga demasiado a este analista, pero en uno de sus artículos desvela un mensaje muy en consonancia con lo que ya hemos comentado aquí muchas veces: la tremenda pasividad y complacencia de todo el P (ex-PSOE) ante todas las barrabasadas del nauseabundo traidor:
[...] Lo primero que habría que descartar es la conversión de Zapatero en el único pagano. Es verdad que Zapatero se ha movido no poco para tratar de evitarlo, y que ha estado notoriamente ausente a la hora de dar la cara, pero sus mutis no han hecho sino dibujar la contrafigura de un proceso por el cual los socialistas parecían querer endosarle de manera íntegra y sin salvedad alguna la responsabilidad de su mala fortuna.
Hay dos poderosas razones para que el empeño de exonerar al partido del desastre general sea un imposible: la primera de ellas es que, sin excepción, los dirigentes del PSOE han acogido con mansurrona disciplina todas las iniciativas de Zapatero, que no han sido pocas ni irrelevantes. El PSOE bajo Zapatero ha sido un partido rocoso, férreamente unido tras su líder y en el que no ha habido ni la más ligera discrepancia. Sólo cuando el desastre era ya inevitable se ha ensayado un alejamiento y eso, segunda razón, ha impedido que nadie cogiese el toro por los cuernos y tratase de encabezar una oferta electoral que ligase con las recientes rectificaciones del presidente [...]
Joaquín Leguina

Pero con todo, creo que el que más me gusta en sus críticas es Joaquín Leguina, sobre todo por venir de quien viene: un antiguo peso pesado dentro del antiguo PSOE y que ha sido uno de los pocos socialistas en levantar la voz contra el vacuidad y el esperpento en que se convirtió el partido bajo el (des)gobierno del miserable traidor Zapatero. Sus tres últimos artículos (25 Nov, 29 Nov, 5 Dic) los dedica al próximo Congreso del P (ex-PSOE), mostrando las pautas de lo que debería ser la regeneración del partido, no sin cierto escepticismo sobre lo que realmente acontecerá, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los 'nuevos valores' del partido son hijos del zapaterismo, con toda la carga de servilismo y de incapacidad que ello conlleva (léase el artículo del 5 de Diciembre, dedicado a 'Los oblatos', merece la pena leerlo).

¡Tiene gracia! Me gusta imaginar a Don Joaquín con una sonrisa de cierta satisfacción al ver que tenía toda la razón en sus críticas al actual P (ex-PSOE) y sus inanes dirigentes. Aquí dejo algunos extractos de los citados artículos:

[...] Alguien tendría que decir en voz alta algunas verdades del barquero. Por ejemplo, que en el PSOE de Zapatero se ha prosperado de la mano de la arbitrariedad y del nepotismo, mediante los cuales han ascendido a los más altos cargos del Partido y del Estado personas que por sus méritos jamás hubieran alcanzado una jefatura de negociado. Ha llegado el momento de olvidarse de imágenes, ocurrencias y vaivenes. Es la hora de la sensatez.

Si el sábado 26 el Comité Federal se traga sin rechistar la propuesta de ZP, podemos estar ya en el camino que conduce a la desaparición del Partido.

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Como viene siendo habitual en ella, la dirección del PSOE no asumió la responsabilidad por el catastrófico resultado electoral del 20 de noviembre, despachando unas pérdidas millonarias de electores [...] en el Comité Federal, ante el cual -si hubiera, de verdad, asumido sus graves responsabilidades en la debacle- Rodríguez Zapatero tendría que haber dimitido [...]

Claro que la crisis ha influido en los resultados, pero mucho más ha influido la mala gestión de la crisis: primero negarla, luego los “brotes verdes” y, finalmente, el bandazo de mayo de 2010.

Por otro lado, la crisis ha puesto en evidencia dentro de la conciencia de muchos ciudadanos la sinsustancia, la inconsistencia y la mendacidad de un líder obsesivamente mediático y cortoplacista como es Zapatero [...]

[...] sí que podemos intentar que el suicidio no se consume, de suerte que quienes se hagan cargo de la nueva dirección partidaria tengan más sustancia y más fuste que aquellos que ahora deben abandonarla por exigencia del sentido común y de la supervivencia colectiva.

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[...] El País publicó el 4 de diciembre las respuestas a unas preguntas dirigidas a nueve jóvenes líderes socialistas [...]
Desde luego, entre las preguntas que les plantearon a estos nueve jóvenes valores no estaba una muy elemental y relevante: ¿Cuánto tiempo y en qué ha trabajado usted fuera del Partido? Lo cual hubiera sido clarificador y serviría para que el lector supiera si los entrevistados son todos oblatos o hay entre ellos algún externo.
Me temo que si sumáramos todos los años en los cuales estos nueve jóvenes han estado trabajando en (y viviendo de) alguna empresa productiva “fuera del convento socialista” la media difícilmente llegaría a la unidad.
La promoción política de la mayor parte de ellos es obra del zapaterismo [...] porque en el PSOE de Zapatero apenas ha prosperado alguien que no haya pasado por el “comité de selección”.
[...] Ecologistas, feministas y defensores de otras utopías parciales… todos  tienen en el susodicho programa [N. del A: se refiere al programa electoral del PSOE] su acomodo. Por haber hay hasta un brindis al sol lingüístico. En efecto, mientras los nacionalistas hacen todo lo posible por erradicar el castellano de sus territorios, el programa nada dice de eso, pero se preocupa de que todos los adolescentes españoles “al término de la educación obligatoria conozcan  perfectamente tanto la lengua castellana como el resto de las lenguas cooficiales”.
Pues bien, si esa va a ser la base de la “renovación”, apaga y vámonos.
Pero no acaba ahí la cosa. Preguntados qué letra de las siglas del PSOE es preciso reforzar, casi todos coinciden en la P de Partido [...] ¿Por qué escogen el Partido?, me pregunto yo. Y me asalta otra duda: ¿no será que para casi todos ellos no existe otra cosa?
¿Hay algo que el PSOE no deba volver a hacer?, se les pregunta. Casi ninguno esboza el más leve camino hacia la autocrítica, lo cual no deja de ser grave en personas que de una forma u otra han sido protagonistas y corresponsables del desastre electoral.
[...] Menos mal que uno de ellos, César Luena, asegura que “debemos pensar más la política fiscal”. ¿Y qué ha hecho el zapaterismo durante estos siete años? Pues predicar cosas tan coherentes como que bajar los impuestos era de izquierdas y subirlos también.
Políticas seguidas por ZP, como la territorial, aquella de la “España plural” que desembocó en el Estatuto de Cataluña, o la doblez de la política “por la paz”, ésa que ahora está destapando el inefable Eguiguren no merecen ningún comentario de estos jóvenes con futuro.
[...] En resumen: Salgamos lo más pronto que se pueda del paso con un congreso rápido… aunque al PSOE le acabe ocurriendo aquello que dicen le pasó a un enfermo: cuando volvió en sí ya era cadáver.