miércoles, 8 de abril de 2009

Un Gobierno para controlar a Zapatero

Columna de Pablo Sebastián en 'Estrella Digital' el 8 de Abril de 2009.

La crisis del Gobierno solo tiene dos objetivos: sustituir a Solbes que andaba arrastrado por las esquinas e incapaz de hacer frente a la crisis económica; y controlar el presidencialismo errático y frívolo de Zapatero que, de un tiempo a esta parte, está causando estragos en su liderazgo y en la fuerza electoral del PSOE -como se ha visto en Galicia- donde víctima de sus errores políticos y frivolidades del presidente. Entre las que se incluye el catastrófico gobierno que hizo hace menos de un año y que ahora se ha visto obligado a remodelar. Gobierno en el que aún permanecen ministros que no están a la altura de su cargo o que, simplemente, ocupan departamentos que no sirven para nada, como son los casos de Moratinos, Corredor, Garmendia, Chacón y Aído.

El reforzamiento político del Gobierno, para impulsar al PSOE y para tener bajo vigilancia a Zapatero, viene, por una parte, del lado de la llamada vieja guardia (felipista) y por otra desde la propia cúpula del PSOE, y el urdidor de esta "hazaña" no ha sido otro que el ministro Rubalcaba en contra de las frivolidades del Presidente, y de su club de amigotes monclovitas, el que pretendía aupar a la ministra Chacón a una vicepresidencia.

Ahora son más, y de peso específico, las voces y el discurso político que se escuchará desde este Gobierno en el que se le ha encomendado a Manuel Chaves, no la administración territorial que permanecerá en la órbita de la vicepresidenta Salgado, sino la "cohesión territorial o nacional", que es algo muy distinto y a la vez contradictorio, porque se deberá reforzar la unidad de España -tras los fracasados devaneos confederados de Zapatero-, y a su vez dotarle de apoyos parlamentarios de los partidos nacionalistas, los que ahora se sienten traicionados precisamente porque se ha aparcado el discurso confederal, y además en Cataluña están a la espera de más dineros y de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el estatuto catalán.

La presencia de Chaves en una vicepresidencia permite la renovación en la Comunidad andaluza donde llevaba cerca de 20 años de presidente y con unos pésimos resultados políticos (el territorio con más paro de Europa), y constituye un movimiento de ficha que podrían haber pilotado a medias el ministro Rubalcaba y el ex presidente González. De la órbita de González es también la nueva ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, y de la órbita de Rubalcaba es la vicepresidenta Salgado en la que se tienen puestas muchas esperanzas, a pesar de que carece de experiencia en la gran economía, por mas que le asistan buenas dotes para la gestión pública.

También constituye un refuerzo político José Blanco al frente de Fomento, de donde desaparece la catastrófica Magdalena Álvarez. Aunque sabido es que el nuevo ministro no sabe absolutamente nada de lo concerniente a dicho departamento, pero confía en su capacidad política y en su pasión por ser un interlocutor importante de las empresas constructoras más poderosas de este país, hoy primeras víctimas de la crisis de la economía.

Naturalmente, la gran incógnita reside en la capacidad o incapacidad de la nueva vicepresidenta Salgado para gestionar la crisis y poner orden y control de los ministerios económicos del Gobierno, donde se encontrará con dos gallos de pelea, Sebastián y Blanco. En todo caso, hacerlo peor que Solbes y con menos autoridad será muy difícil, aunque la vicepresidenta económica encontrará, en su despegue, un problema añadido: el estallido de la crisis en las entidades financieras españolas, tras la intervención de la Caja de Castilla La Mancha, y que puede continuar con otros problemas del mismo corte.

Lo que nadie entiende es cómo se mantienen ministerios tales como los de Vivienda, Igualdad, Ciencia y Tecnología (al que le acaban de quitar las Universidades), e incluso Cultura, donde Zapatero ha vuelto a hacer una de las suyas, nombrando a la cineasta González Sinde. Ni si se puede entender como permanecen en sus cargos Moratinos y Chacón, después de las peleas y recientes espectáculos que ambos han ofrecido a propósito de Kosovo, entre otras muchas cosas.

Pero la crisis del Gobierno, en la que hay que incluir el cese de Bermejo en Justicia hace solo pocos días, se ha gestionado muy al estilo de la chapuza de Kosovo. Muy al estilo de Zapatero que quedó al descubierto ante los medios -dicen que fue Zarrías en Andalucía el que dio el aviso-, cambiando cada pocas horas de organigrama y nombres, y finalmente ofreciendo un Gobierno más político que cualificado -que se lo han impuesto desde la vieja guardia del partido- y que tiene el objetivo de ganar las elecciones europeas de junio, y luego las generales de 2012, si consigue frenar la caída del liderazgo de Zapatero, encorsetando su presidencialismo de ocurrencias, y enderezar en algo la crisis económica y social que nos invade.

Muy mal han tenido que ver las cosas en el PSOE y en la Moncloa para que, como lo ha recordado Rajoy, haya hecho falta una crisis de Gobierno antes de que el Gabinete nacido de las elecciones de 2008 cumpliera un año. Pero el Gobierno ahí está y De la Vega, Chaves, Rubalcaba Y Blanco serán la guardia pretoriana del Presidente, si lo consiguen centrar y controlar. Es verdad que el principal problema del Gobierno y del PSOE es Zapatero, y que ello ya no es un secreto para nadie, ni siquiera para él. Por eso le han puesto a su alrededor un equipo mas político y controlador de este iluso aventurero que había iniciado su particular descenso a los infiernos de la política, de donde, una vez que se entra, nadie se puede librar. Dicen, en el PSOE, que a Zapatero lo han pillado en la puerta del Averno, veremos si han llegado a tiempo y si no se les vuelve a escapar.

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