Buenas.
Ahora que se acercan las elecciones, conviene recordar los trapos sucios de cada partido y votar en consecuencia.
Está claro que los dos grandes partidos nacionales, y alguno que otro periférico, tienen mucho que esconder. Lo más inquietante es que, lejos de intentar dar una imagen de honestidad, los partidos cierran filas en torno a sus imputados bajo el paraguas de la “presunción de inocencia”. Olvidan estos politicuchos que nos ha tocado sufrir que, en política, ocurre como con la mujer del César: no sólo tiene que ser decente, sino también parecerlo.
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Con todo, el caso más hiriente de todos es el de nada menos que uno de los actuales vicepresidentes del (des)gobierno: el hijo de Manuel Chaves, Iván ‘el Terrible’, se ha forrado a costa de ejercer de comisionista frente a la Junta de Andalucía en los años en que su padre era nada menos que el Presidente de la Junta. Tampoco hay que olvidar a su hermanita Paula, que también tocó en la puerta del despacho de papi para que le echasen una mano en los negocietes de la empresa en que ella era apoderada.
También viene al caso recordar que durante los larguísimos años de mandato de Chaves al frente de la Junta de Andalucía esta comunidad ha seguido a la cola, no sólo de España, sino de Europa en lo que a desarrollo se refiere, quizás debido a que una ingente parte de los esfuerzos los ha dedicado Chaves a tejer toda una trama de administración paralela dedicada a enchufar a amigotes y parientes, tal como denuncian los funcionarios de la Junta.
Y para dar la puntilla, resulta que Chaves también es el máximo responsable de la Oficina de Conflictos de Intereses. ¡Joder, con razón en el caso de su hijo no movió ni un músculo!
Lo de Chaves es de traca. Por eso debería dimitir si aún le quedase un mínimo de vergüenza, que no parece.
Lo que nos queda a los ciudadanos en esta democracia secuestrada que sufrimos es acordarnos de todas estas barrabasadas a la hora de votar. ¡Al menos, que no repitan! Animo desde aquí a votar a un partido alternativo, fuera de los dos grandes y pico, a ver si logramos la tan necesaria regeneración democrática que necesita este país.
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