miércoles, 30 de septiembre de 2009

Ha vuelto a mentir: los Presupuestos 2010 lo corroboran

Muy buenas.

Estaba cantado, y lo ha vuelto a hacer. De hecho, no tendría que sorprender a nadie; tan sólo es una comprobación de algo que ya habíamos dicho en este mismo blog: el impresentable gañán mentiroso ha vuelto a demostrar con sus hechos que mentía con sus palabras.

Después de ir de discurso en discurso en plan populista, la subida de impuestos que se ha dejado ver en la presentación del proyecto de Ley de los Presupuestos no deja lugar a dudas. Los paganos serán los de siempre: la subida fiscal no será temporal y la pagarán las clases medias, como así lo ha reconocido la propia ministra de Economía y Hacienda, a la cual, por cierto, y como a todos los impresentables que componen este (des)Gobierno, se le debería caer la cara de vergüenza por formar parte de un (des)Gobierno tan embustero, inepto, incompetente e incapaz y no tener la valentía de denunciarlo públicamente y dimitir.

Recordemos que, después de mentir aquí y allá con su soflamas populistas de castigo a los "poderosos", diciendo que se iba a subir los impuestos a los ricos (recordemos a Pepiño y sus 50.000€; han perdido tanto el norte que ya no saben ni lo que es un rico), lo que se ha hecho es lo que se veía venir: subir el IVA del 16% al 18% (impuesto indirecto y regresivo por definición), suprimir los 400 euros (que sólo sirvieron en su momento para cargarse de un plumazo el superávit y, también sea dicho, para arañar unos cuantos votos en las pasadas elecciones) y gravar más las rentas del capital (lo cual está bien; lo malo es que sólo se tocan las de los ahorradores medios: las SICAVs no ha osado ni mirarlas).

También se le llenaba la boca al impresentable gañán de comenzar un nuevo modelo económico, mientras que la partida del Presupuesto que más ha reducido su cuantía es, precisamente, I+D+i con casi un 18% menos, y la educación también sufre un buen varapalo. Si dos de los pilares básicos de la modernización de la economía perecen víctimas de este Presupuesto, difícilmente tendremos "nuevo modelo" económico, a la medida de los deseos del actual (des)Gobierno.

Por otra parte, Presupuesto presentado (aunque es impresentable) contiene unas previsiones económicas que siguen negándose a reconocer la realidad. Y lo peor es que llueve sobre mojado, dados los indecentes antecedentes que tenemos con los Presupuestos 2009. Y esto tiene una consecuencia inevitable: más déficit (como si ya tuviésemos poco). Y la Unión Europea tiene una paciencia limitada con el tema; a ver cómo pretende el impresentable gañán que logremos llegar a la imperiosa obligación del 3% en 2012.

Al menos, tiene algo positivo. Este es un Presupuesto que ha puesto de acuerdo a todo el mundo: ¡es una mierda! Estas han sido las reacciones a la izquierda y a la derecha:

Joan Ridao (ERC): "Estos son los presupuestos de Alicia en el País de las Maravillas porque están basados en unas previsiones de déficit público y de crecimiento económico imposibles de cumplir", mientras que lo tildaba de "Frankenstein presupuestario".

Joan Herrera (IU-ICV): "Si el Gobierno quiere contar con la izquierda, debe cambiar los ingredientes del pastel".

Daniel Sánchez Lliure (CiU): "Estas cuentas son las peores de la democracia".

Soraya Sáenz de Santamaría (PP): "Estas cuentas son unos antipresupuestos para salir de una crisis".

Claro que, para apoyar la votación en el Congreso, al PSOE siempre le quedará el PNV, cuyo único objetivo es el blindaje del concierto económico vasco y el control de la Diputación de Álava. En el (des)Gobierno ya están "estudiando las posibilidades jurídicas" para ello o, dicho de una forma más castiza, buscándose la hebilla del cinturón para bajarse los pantalones (deberían buscarla abajo, muy abajo, ya que los pantalones ya los tienen por los tobillos). En España, desgraciadamente, ya estamos más que acostumbrados a ver cómo los diputados mercenarios (CiU, PNV, ERC, BNG, CC y UPN) venden su voto al mejor postor, un mercantilismo que alcanza cotas políticamente indecentes sin que nadie les afee o denuncie su traición a sus principios, compromisos electorales o coherencia política, por mucho que después lo intenten vestir de apoyo responsable a la gobernabilidad del Estado.

Pero el indecente (des)Gobierno que sufrimos necesita siete votos, siete, para sacar adelante los Presupuestos, unos Presupuestos que ni son austeros, ni son sociales, ni cambian el modelo económico ni reequilibran las cuentas públicas. Necesitan siete votos, y para obtenerlos se bajarán los pantalones lo que haga falta; lo demás es irrelevante.

Y los van a sacar al precio que sea, vendiendo a su abuela si hace falta, porque saben que no pueden sobrevivir con una prórroga de los irreales Presupuestos de 2009, de los cuales ya se sabía desde antes de ser aprobados que eran una patraña. Aun así, en una clara demostración de irresponsabilidad, el (des)Gobierno los sacó adelante (con la ayuda de los mercenarios, claro) y de aquellos polvos tenemos estos lodos: 20% menos de ingresos, 20% más de gasto y ¡¡¡un desequilibrio de más de 60.000 millones de euros!!!

Pues bien, una prórroga es imposible: los ingresos (ya fantasiosos en 2009) son inalcanzables, y los gastos se han disparado aún más. Si los Presupuestos 2010 no salen, no hay otra opción que elecciones; esto lo saben los mercenarios, y a buen seguro que van a exprimir todo lo posible al impresentable gañán a cambio de darle otro año en el poder. Y lo peor es que saben que pasará por el aro, como lo ha hecho siempre, aun a costa de los más básicos intereses generales.

Y con todo, aún el mayor generador de arcadas que ha pisado La Moncloa (porque cada vez que se le escucha dan ganas de vomitar) sigue dándose golpes en el pecho con el mierdoso Presupuesto que han presentado, presumiendo de que es el de mayor gasto social de la historia y que son los adecuados para salir de la crisis. Se refiere con seguridad a que el gasto social (pensiones y subsidios) ya supone más de la mitad del Presupuesto, aunque curiosamente olvida que todo ese gasto viene por su necesidad de pagar subsidios para comprar votos (la táctica de los estómagos agradecidos) y la obligación de pagar prestaciones a todos los que han quedado sin empleo debido a su nefasta política... y todos los que vendrán.

Esto es lo que tenemos. Una vez más, avisados quedamos: ¡no crean lo que dice el mentiroso compulsivo, impresentable gañán que nos (des)gobierna! Está claro que miente más que habla, que no tiene ni idea de las medidas a tomar para salir de la crisis y nos lleva a la ruina total de la nación, tanto económica como social y política.

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