Buenas.
Tenemos un nuevo episodio de bajada de pantalones del inmenso traidor que es Zapatero. La cosa va así:
El Tribunal Supremo rechaza la pretensión de los proetarras de Bildu de presentarse a las elecciones. Esto de que son proetarras no me lo invento yo: uno de sus promotores, Tasio Erkizia, acaba de ser condenado a un año de cárcel por enaltecimiento del terrorismo.
El líder del PNV, Iñigo Urkullu, se enfada mucho y anuncia que suspende la “colaboración” con el (des)Gobierno por la anulación de Bildu. A cualquier cosa le llaman colaboración, dado que esta gentuza vende el voto a cambio de más dinero y más “soberanía” (más poder para mangonear a su antojo, para entendernos).
Dado que los PGE son imprescindibles, y ante la posibilidad de verse en minoría y no sacarlos adelante, al ruin y despreciable ser que habita La Moncloa le entra el canguelo y llama a Urkullu para “pedirle paciencia” y augurar que el Tribunal Consitucional “desfacerá el entuerto”.
El Tribunal Constitucional, haciendo gala de su absoluta independencia frente al Ejecutivo (nótese el sarcasmo), pasa por el aro y admite el recurso de Bildu, dando a los etarras de nuevo acceso a las instituciones gracias al voto casi en bloque de los magistrados llamados progresistas, es decir, los puestos a dedo por el PSOE; sólo uno tuvo la vergüenza torera de votar contra lo que le mandaron desde arriba. En defensa de los pobres magistrados, hay que decir que sospechan que ETA está detrás del invento, pero que según su parecer no hay pruebas suficientes, ¡mecachis! Por otra parte, los cinco magistrados que votaron en contra sostienen que el TC se ha excedido en sus funciones.
Después del enjuague, Urkullu se regocija en su charco y nos dice sin pudor que “han hecho lo posible y lo imposible, cosas que se pueden contar y otras que no”. Por si no queda suficientemente claro, lo primero que dijeron los miserables de Bildu es que “en España no existe la separación de poderes”; más claro, agua. Como dijo Guerra, “Montesquieu ha muerto”. Por otra parte, habría que preguntar al PNV por su desmedido afán en que los matones y sus acólitos estén presentes en las urnas. Los euskaldunes asesinados a manos de ETA, simpatizantes del PNV, se deben de estar revolviendo en sus tumbas; esta es la forma que tienen EA y PNV de honrar a sus muertos.
Frente a las críticas que le llueven al TC por la polémica sentencia (por llamarla de un modo suave), el Presidente de dicho tribunal, Pascual Sala, arremete contra quienes critican la influencia ideológica del tribunal y el sesgo político de la sentencia y, poniéndose el disfraz de persona digna, declara con todo el cinismo del mundo (sólo superado por Zapatero) que cuestionar la independencia de los magistrados es “atentar contra lo más sagrado de la función jurisdiccional”. Encima el tipo pretende que traguemos y no se critiquen sus decisiones.
Y en estas resulta que un matón de ETA sale de la cárcel después de 25 años sin arrepentirse de sus actos y lo hace con una pancarta de apoyo a Bildu, ¡qué casualidad! ¿Qué pensarán de esto los jueces progresistas?
Como siempre, también hay algún tonto útil que busca justificaciones hasta debajo de las piedras para poder seguir defendiendo la ocurrencia de su líder, of course. Y desde el (des)gobierno se apresuran a hacer el papel de que “indagan” para ver si el acto del cartelito tiene alguna trascendencia… Pero si el partido es legal, ¿qué trascendencia va a tener? Lo único que nos demuestra es lo que ya sabíamos: que Bildu es la nueva marca de ETA y que todos los proetarras votarán en masa a esas siglas; el cartelito de la miserable rata de cloaca que salió de la cárcel no es más que un faro por si aún queda algún despistado (ya se sabe, la inteligencia límite de la mayoría de los matones del norte requiere decirles las cosas claritas).
Al final, nos quedamos con cara de tontos viendo cómo los matones vuelven a las instituciones, tal como ocurrió con ANV en su momento, por obra y gracia del impúdico e indeseable traidor que tenemos al frente del ejecutivo a ver si matando a los terroristas a besos salva un poco su más que desastrosa presidencia. Visto lo visto, o reformamos la Constitución para cambiar la designación del TC, o esto no tiene arreglo.
Qué vergüenza de magistrados, qué vergüenza de PSOE, qué vergüenza de país.
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